miércoles, 2 de marzo de 2011

Pesadilla

Pronto se dispuso a sacar al hombre del agua, y se dio cuenta de que era lo suyo.
"¿Se dio cuenta?", pensó.
Y todo estuvo claro. Su tarea terminaba ahí.

Murió antes de que brillara lo que le pasaba, habiendo cumplido con su misión.
Su cuerpo, deshidratado, había absorbido toda el agua rápidamente. Una momia vacía, era el único vestigio de humanidad. Y no importa lo que hicieran, para recuperarle su forma, ya no estaba ahí. El médico tampoco parecía esforzarse, era su rutina, era un animal de costumbres. La desesperación de los recién llegados, le era ajena.

¿La herencia? Quedaba un chocolate, quedaban comentarios como si siguiese en pie.

Las redes sociales parecían hacernos inmortales, pero sólo festejaban la ausencia. Un tweet no podía ser eterno. Las palabras de un instante atrás eran el contraste con el presente, eran la condena.